El cáncer de próstata es uno de los más frecuentes en Europa, con más de 300.000 casos nuevos cada año y más de dos millones de hombres viviendo con cáncer de próstata, cifras en constante aumento.
FEFOC lleva 20 años profundamente implicada en cáncer de próstata como lo demuestran: 1. Nuestras publicaciones (folletos, códigos, presentaciones a Congresos, etc). 2. La creación hace 16 años de esta página online y su continuidad a través de los años. Recibimos consultas de todo el mundo. 3. Al mismo tiempo, la puesta en marcha y sostenimiento de nuestro grupo de pacientes con cáncer de próstata, inédito en España. 4. Nuestra pertenencia a Europa Uomo, colectivo de 23 países europeos responsabilizados de este cáncer a nivel de enfermos. 5. La puesta en marcha del grupo catalán de Europa Uomo. 6. La dirección científica de expertos en la materia como son el profesor Jordi Estapé, oncólogo y la doctora Tania Estapé, experta en psico-oncología.
DECLARACIÓN. Esta página y su equipo respetan totalmente a nuestros compañeros profesionales de la Medicina. Por tanto, el contenido de la página, en ninguno de sus aspectos pretende sustituir a los profesionales directamente encargados de los pacientes, que son quienes realmente conocen todas las circunstancias de cada caso y son los autorizados para resolverlos.
NUESTRO LUGAR. Dicho lo anterior, durante todos estos años nunca hemos tenido conflicto alguno con ningún profesional, porque siempre, obviamente, los hemos respetado y ellos nos han respetados a nosotros. Ahora bien, el perfil de los pacientes de finales del siglo XX y ya en el siglo XXI, ha cambiado. En buena parte se debe a la revolución de internet. Los pacientes ya no aceptan su rol pasivo, al contrario, son activos, quieren conocer y participar en las decisiones sobre su enfermedad. Buscan en internet y, muchas veces, se equivocan porque reciben informaciones no siempre correctas.
Desde el principio nos propusimos ofrecer siempre un producto contrastado científicamente pero de gran nivel, a veces difícil de comprender por parte de los no profesionales. En estos casos, disponemos lógicamente de teléfono y email para aclarar las cuestiones que sean precisas. O vía Skype.
Creemos que muchas páginas online para pacientes o dan información errónea o tan escasa que no sirven para informar a un paciente ansioso de conocimiento. El cáncer de próstata es una enfermedad crónica, altamente curable, pero que causa muchos problemas físicos, emocionales y sociales a los pacientes y a sus familias. Desde este punto de vista, hacemos nuestro el manifiesto de Europa Uomo, que aquí traducimos:
1. Encontrar medios para promover la calidad de vida de los pacientes con cáncer de próstata y a sus familias.
2. Promover la difusión e intercambio de información puesta al día y basada en la evidencia científica.
3. Concienciar sobre la próstata y un apropiado diagnóstico y pronóstico.
4. Subrayar la importancia de un diagnóstico precoz adecuado.
5. Hacer campañas para la provisión y acceso al óptimo tratamiento.
6. Asegurar soporte de calidad durante y después del tratamiento.
7. Promover atención multiprofesional de calidad de infraestructura médica apropiada.
8. Reconocer la buena práctica clínica y promover su desarrollo.
9. Asegurarse de que todos los hombres entienden totalmente cualquier opción de tratamiento que se les proponga, incluyendo la entrada en ensayos clínicos y su derecho a una segunda opinión.
10. Promover el avance de la investigación en cáncer de próstata.
11. Nosotros, como pacientes europeos hemos tomado nuestra responsabilidad para controlar la enfermedad mediante el establecimiento de la European Prostate Cancer Coalition, “Europa Uomo”
HOMBRES CON CÁNCER DE PRÓSTATA, SALID YA DEL ARMARIO¡¡¡¡. FEFOC lucha para ayudar a implantar y desarrollar estos diez puntos entre nosotros. Porque los hombres con cáncer de próstata se esconden, se avergüenzan de su enfermedad y de sus consecuencias y del que dirán. Y es muy lógico. Los hombres con cáncer de próstata no han salido aún del armario. Os pedimos que confiéis en FEFOC, en nuestra confidencialidad pero también en nuestra capacidad para poneros a unos en contactos con otros.
La angustia y la depresión de la soledad, del esconderse. de sentirse diferente, los problemas de pareja, tienen que acabarse. Debemos seguir el modelo de las mujeres suecas de los 70, en el siglo pasado, cuando salieron a la calle con pancartas en las que se leía, «Nos cortáis el pecho porque vosotros, cirujanos, sois hombres. Si fuerais, no lo haríais. No nos cansaremos de repetir que aquel impresionante movimiento movió y empujó a investigadores que acabaron demostrando que el porcentaje de supervivencia de mujeres con cáncer de mama era idéntico con mastectomía (extirpación de todo el pecho) que con tumorectomía más radioterapia, con conservación de la mama (extirpación solo del tumor más radioterapia a toda la mama).
Si nuestros pacientes no se rebelan, no se levantan, no hablan abiertamente de los problemas que conlleva su enfermedad, NO PROGRESAREMOS.
El cáncer de próstata es una enfermedad muy curable pero con frecuentes severos problemas para la calidad de vida. Castración, feminización, incontinencia...¿Os dicen algo? Levantaos, exijamos nuevos tratamientos que conserven la capacidad de erección, que no castren, que no afecten la capacidad normal de retención de la orina. Estimulemos a los urólogos, oncólogos y psicólogos para que se replanteen sus tratamientos, unos por exceso, otros por defecto.
SALID DEL ARMARIO¡¡¡¡ Hombres con cáncer de próstata,FEFOC os ayudará a liderar los cambios que necesitamos, a priorizar, a pedir o a exigir pero no dejéis que la voz de FEFOC sea la voz del que predica en el desierto.
En realidad esta palabra tabú procede del pensamiento de hace muchos siglos, cuando equiparaban aquella por entonces rara enfermedad al cangrejo, creemos que por sus pasos impredecibles y sus patas, que recordaban la extensión del cáncer.
Hoy en día seguimos sin saber lo que es esta enfermedad. Sí sabemos que se produce por una anormal multiplicación de células de una parte de nuestro organismo. El descubrimiento del genoma humano ha abierto la puerta a una comprensión más profunda del cáncer, basada en la detección de sus cambios a nivel genético.
Lo normal es que las células crezcan y maduren dentro de un tejido sano. Pero cuando cambian y no se diferencian y maduran apropiadamente, las células se multiplican velozmente y se produce un tumor, en este caso, el cáncer de próstata.
Desde el tumor, sus células pueden pasar al sistema linfático o a la sangre. De esta manera se producen las temidas metástasis a ganglios u órganos. Allí, las células colonizan, se adaptan al nuevo tejido y vuelven a crecer.
La próstata
La próstata tiene el tamaño de una nuez. Con el hombre de pie, está situada por debajo de la vejiga de la orina y por delante del recto (porción final del intestino) y detrás de la base del pene.
La próstata se sitúa rodeando el tubo (uretra) que lleva la orina y el semen hacia el pene.
Esta situación anatómica explica los síntomas que un crecimiento anormal de la próstata pueden provocar, especialmente manifestaciones urinarias.
¿Hay un tipo más predominante de cáncer de próstata?
En efecto, más del 95% de casos son adenocarcinomas, tumores que se originan en las células de las glándulas, en este caso, en la prostática (para más información, ver el apartado «PATOLOGÍA»).
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
¿Cúales son los antecedentes históricos del cáncer de próstata?
El cáncer de próstata es muy antigüo. En el esqueleto de un rey ruso se halló el primer caso, con una antigüedad de 2.700 años. Peor el caso más evidente es el de momia egipcia con una antiguedad de 2,200 años. descubierto en el Museo Arqueológico de Lisboa, Luis Raposo, por parte de la investigadora de la Universidad Americana en El Cairo (UAC), Salima Ikram. La momia correspondía a un varón entre 30 y 40 años.
Ya en 1536, el especialista veneciano en anatomía humana Niccolo Massa describió la próstata que fue ilustrada dos años más tarde, en 1538 por el gran Andreas Vesalius. Pero el cáncer de próstata no es identificado como enfermedad hasta 1653 . No fue hasta 200 años más tarde, 1853, cuando tenemos la primera descripción del cáncer de próstata, pro parte del entonces cirujano del London Hospital, doctor J. Adams.,cuyo descubrimiento efectuó mediante un estudio al microscopio. Para Adams se trataba de una enfermedad muy rara.
La primera prostatectomía (extirpación de toda la próstata) se llevó a cabo en 1904, por el doctor Hugh H. Young, del Johns Hopkins Hosipitad in 1904.
¿Curaban a los pacientes?
Por supuesto que lo intentaban pero sin éxito. Hace unos setenta años los pacientes que acudían al diagnóstico lo hacían ya con metástasis (es decir, extensión de la enfermedad a través de la sangre) sinónimo de incurabilidad. Cáncer y muerte transcurrían paralelamente. Pero en eal año 1940 se produjo un avance extraordinario para comprender mucho mejor que el cáncer de próstata se desarrollaba bajo una gran influencia hormonal. En efecto, el doctor Charles Huggins demsotró la hormonodependencia de este cáncer: para ello castró a perros con cáncer de próstata, observando como el cáncer decrecía en tamaño, lo que confirmaba diversos estudios anteriores que relacionaban la testosterona con el desarrollo del cáncer de próstata. Entonces, en 1941 Huggins trató a estos pacientes con castración o con hormona femenina (estrógenos) por via oral. El estrógeno anulaba la accción de los testículso que dejaban de producir testosterona. En ambos casos los pacientes tenían menos dolor (por las metástasis en los huesos), les disminuía la anemia y aumentaban de peso. Se había iniciado un gran cambio, gracias a Huggins, al que, en 1966 concedieron el premio Nobel de la Medicina. Aún hoy en día, como veremos más adelante (Estrategia terapéutica) buena parte del tratamiento del cáncer de próstata se basa en el descubrimiento de Huggins.
He leído que los estrógenos causaban serios problemas cardíacos. ¿Es cierto?
En efecto, en 1960 un estudio denominado VACURG alertó a que los estróegnos orales ocasionaban una significativa toxicidad cardíaca y vascular así como tromboembolias. También s eobservó que el tratamiento conocido como supresión de andrógenos no era curativo. Mantenía controlado el cáncer por largos períodos hasta que la enfermedad se hacía resistente. Huggins propuso que, en estos casos, se realizara la extirpación de las glándulas situadas encima de los riñones (glándulas suprarrenales), ya que estas producen también testosterona. Si bien se volvió a controlar la enfermedad, volvió a reaparecer.
Un nuevo avance fue el descubrimiento por parte de los doctores Andrzei W. Schallly y Roger Guillemin de nuevos métodos de investigación respecto al control por parte del cerebro humano sobre la química de nuestro organismo, lo que les llevó al descubrimiento de una nueva hormona, la hormona liberadora de gonatrofina (GnRH), producida en el hipotálamo (glándula hormonal situada en el centro del cerebro, que controla y regula el funcionamiento de las diversas glándulas). Esta hormona estimula la producción de testosterona. Las modificaciones de la estructura de la GnRH permite obtener medicamentos análogos que suprimen su actividad. con lo que deja de estimular la producción de testosterona.Los priemros medicamentos obtenidos fueron leuprolide y goselerina, que pronto se incorporaron al arsenal terapéutico de la ablación hormonal.
¿Y la radioterapia?
Se incia su aplicación al comienzo del siglo XX. Al principio se utilizaban implantes de radium dentro de la próstata pero con el desarrollo de la radioterapia externa se pasó a su utilización (es decir, mediante el uso de fuentes de energía situados fuera del paciente). No obstante, con la demostración de la efectividad del tratamiento hormonal decayó el interés hacia la radioterapia. Pero a mediados del siglo pasado, con la disposición de bombas de cobalto (que podían proporcionar mayores niveles de irradiación en la profundidad del organismo) , se reanudó la aplicación de radioterapia en casos no quirúrgicos pero demasiado extensos localmente. Un paso más adelante se debe, entre otros, al doctor Malcolm Bagshaw, que, en series pequeñas de pacientes mostró la radiocurabilidad del cáncer de próstata.
Más adelantee surgieron mejores máquinas, como los aceleradores lineales. También mejoró el estudio radiográfico del tumor, mediante la aportación de la TAC (tomografía axial computadorizada) todo ello resultando en un tratamiento cada vez más efectivo y menos tóxico para los tejidos normales de alrededor de la próstata. Ya en 1960 se inició, en casos con tumores grandes, el tratamiento hormonal previo, para disminuir su tamaño y hacerlo más asequible a la radioterapia. Hoy en día, el tratamiento hormonal está perfectamente integrado con la radioterapia (antes, durante y después de la misma).
Otra modalidad de radioterapia, o radioterapia interna, es la braquiterapia moderna (iniciada en 1983) y que consiste en la implantación en la próstata de «semillas» radioactivas.
Hoy en día se considera que en los casos localizados en la próstata, cirugía y radioterapia tienen una efectividad semejante (véase el capítulo dedicado a Estrategia terapéutica).
¿Y la quimioterapia?
En cuanto a quimioterapia, un hecho evidente en cáncer de próstata es que muchos pacientes que responden de entrada al tratamiento hormonal, con el tiempo se hacen resistentes al mismo.A partir de 1950 se inició, en pacientes resistentes al tratamiento hormonal, quimioterapia con alquilantes (medicamentos muy utilizados en quimioterapia de otros tumores; en la célula tumoral crean puentes entre los dos haces helicoidales del DNA, con lo que impiden la partición de la célula o mitosis). Pero eran estudios muy poco documentados. No es hasta el año 1972 el doctor Gerald Murphy lidera un proyecto (el National Prostatic Project o NOCP) para valorar científicamente la posible eficacia de laq uimioterapia. Para ello diseñaron un estudio comparativo entre un alquilante (ciclofosfamida) y 5fluoruracilo (antimetabolito que compite con un aminoácido esencial para la formación de DNA, la pirimidina). Observaron algunos beneficios pero los estudios incluían a pocos pacientes para que realmente tuvieran valor.
Más adelante se estudió la combinación de mitoxantrona (otro antimetabolito) y corticoides, que fue aprobado por la FDA. Posteriormente se ensayaron otros citostáticos que no solo disminuyeron en muchos casos el nivel de PSA sino que obtuvieron mejorar la supervivencia de los pacientes en los que el PSA disminuía. Como veremos más adelante, han surgido algunos medicamentos bastante eficaces, destacando la combinación de docetaxel con prednisona.
FEFOC considera muy importante el potencial progreso de la quimioterapia en cáncer de próstata. El tratamiento hormonal es muy efectivo pero sus consecuencias sobre la calidad de vida de los pacientes son, a nuestro juicio, excesivas. La castración química ha sustituido ventajosamente, es cierto, a la quirúrgica. Pero los pacientes pagan un precio severo en cuanto a su calidad de vida. La quimioterapia, si progresa adecuadamente, podrá quizás en lo futuro sustituir al tratamiento hormonal. Sin pagar el precio de la castración. Eso sí, con los efectos adversos de la quimioterapia que tienen la ventaja, en general, de suceder en un tiempo concreto y no castrar a los pacientes.
También pensamos que los investigadores debe progresar en el terreno del tratamiento hormonal, consiguiendo productos que no castren a los pacientes.
La combinación del progreso hacia una quimioterapia más eficaz y medicamentos hormonales que actúen mediante otras vías que no incluyan forzosamente la castración constituyen un reto por el que vamos a luchar,si conseguimos que los hombres con cáncer de próstata «salgan del armario».
¿Cómo se manifiesta el cáncer de próstata?
Ante todo debemos tener en cuenta que, a medida que avanza la edad del hombre, la próstata aumenta progresivamente de tamaño, lo que se denomina hiperplasia benigna de la próstata. Lo que no significa cáncer, aunque puede ser que coincidan ambos procesos. El cáncer, en sus comienzos no suele dar síntoma alguno. Si su tamaño no es suficiente para comprimir la uretra (el tubo que conduce la orina fuera de la vejiga urinaria y hacia el exterior) pueden no haber síntomas o, si los hay, como hemos dicho, deberse a la hiperplasia benigna.
Luego, es muy difícil distinguir si los síntomas son por un problema benigno o maligno.
En efecto, los síntomas son muy similares y, por lo general, produce más síntomas la hiperplasia benigna de la próstata que el propio cáncer en sus inicios. Si se presentan síntomas, hay que proceder al diagnóstico mediante procedimientos más precisos que veremos en el capítulo dedicado a diagnóstico.
Dependen de la etapa de evolución en que se encuentre el cáncer.
En etapas precoces, cuando el cáncer es muy pequeño, no da síntomas. Ello explica que muchos hombres tengan este cáncer en situación precoz y quizás no se vayan a enterar en toda su vida.
En estas etapas iniciales, otros hombres son diagnosticados de cáncer de próstata casualmente, sea en una exploración rutinaria o en una intervención por crecimiento benigno de la próstata. A veces, este crecimiento benigno tiene alguna área donde se diagnostica el cáncer de próstata.
Conforme avanza el tamaño del tumor pueden acontecer las dificultades para orinar, que pueden llegar a la obstrucción urinaria o imposibilidad de orinar.
No obstante, ¿debemos tener en cuenta algunos síntomas?
En efecto, es eficaz tener en mente determinados síntomas urinarios que pueden alertar hacia el cáncer de próstata. Son los siguientes: Dificultades al orinar, sensación de quemazón o dolor, aumento de la necesidad de orinar de noche (se conoce como nicturia), disminución de la fuerza del chorro urinario o de su velocidad, sensación de no vaciar completamente la vejiga y sangre en la orina (hematuria). Síntomas no urinarios pueden ser sangre en el semen y dificultad para la erección.
Pero, en una palabra, es más frecuente la hiperplasia benigma que el cáncer de próstata. La hiperplasia puede tratarse sin problemas. En todo caso, si usted presenta síntomas urinarios debe acudir a su médico para que le ayude a diferenciar entre ambos procesos y actúe según el diagnóstico.
¿Y si se afectan los ganglios del abdomen por la extensión del tumor más allá de la próstata?
La afectación de ganglios linfáticos cercanos a la próstata no proporciona síntomas especiales.
¿Y las metástasis óseas?
En cambio, los dolores óseos pueden corresponder, cuando se ha establecido el diagnóstico de cáncer de próstata, a su extensión al esqueleto, lugar frecuente, si se presentan, de metástasis del cáncer de próstata .
No obstante, hoy en día ha cambiado mucho el modelo de presentación inicial del cáncer de próstata. Hace unos años, muchos pacientes acudían con metástasis en los huesos. Cada vez se diagnostica más precozmente este cáncer, y por tanto localizado en la próstata, desde la introducción en la clínica del PSA (ver PSA y diagnóstico precoz).