Entendemos por diagnóstico precoz del cáncer cuando se le diagnostica antes de que haya dado sígnos o síntomas y que, por tanto, esté en una etapa de mayor curabilidad. Si al principio el diagnóstico precoz aplicaba a individuos posteriormente nacieron los llamados «Programas de detección precoz» o de screening (según la terminología tan en boca anglosajona).
Todo paciente individual es objeto del diagnóstico precoz, en cáncer y en cualquier enfermedad. Tras la prevención (evitar las causas que actúan sobre un individuo que no tiene cáncer para evitar que lo desarrolle; el tabaco es la mejor expresión de la prevención llamada primaria). Pero cuando una enfermedad determinada constituye un problema sanitario público importante, se ponen en marcha las campañas de diagnóstico precoz.
¿Como se definen?
El screening fue definido en su momento por la Comisión Americana de enfermedades crónicas. No olvidemos que el cáncer es una enfermedad en general crónica. En el screening se examinan mediante técnicas diversas a personas aparentemente sanas pero que posiblemente pueden tener la enfermedad en cuestión (por ejemplo, las campañas de mamografía en mujeres sanas – es decir, sin cáncer mama aparente- entre 50 y 69 años), para detectar si, a nivel subclínico (es decir, sin signos ni síntomas de enfermedad) ya tienen un tumor inicial. Por tanto, las campañas de screening podríamos definirlas como el proceso para intentar detectar una enfermedad oculta aplicando procedimientos técnicos (radiográficos, analíticos, etc) que sean fáciles de llevar a cabo y que sean efectivos.
Pero, ¿cual es el objetivos u objetivos de las campañas de screening?
Se organizan con la intención de disminuir la morbilidad (o morbibidad, número o tasa de personas que padecen una enfermedad en un espacio determinado y en un período de tiempo) o la mortalidad mediante una técnica determinada aplicada sobre personas al riesgo y que permite un diagnóstico precoz y la aplicación de un tratamiento también precoz. En efecto, no tendría sentido diagnosticar precozmente sino tratamos también cuantos antes mejor. Diagnóstico precoz y tratamiento precoz forman parte del mismo todo.
¿Todas las enfermedades son candidatas al screening?
No, deben cumplirse una serie de condiciones: Debe tratarse de un importante problema sanitario (por ejemplo, debe ser una importante causa de mortalidad), por tanto, una entidad patológica grave. También debe conocerse que antes del diagnóstico, se desarrolla una etapa sin manifestaciones detectables por los medios habituales o etapa preclínica y en la que podemos influir mediante alguna técnica. Esta técnica es muy importante ya que vamos a desarrollar una campaña pública muy costosa, tanto a nivel económico como por sus repercusiones sobre personas sanas. La técnica que empleemos debe ser válida (capaz de clasificar a los participantes en enfermos y no enfermos); reproducible (ofrecer los mismos resultados siempre que aplique en las mismas circunstancias); debe ser segura (para predecir la presencia o ausencia de enfermedad) y, finalmente, debe ser de fácil aplicación y sin efectos adversos para el individuo.
Recientemente he leído que el screening en cáncer de próstata es sujeto de mucha polémica. ¿Es cierto?
En efecto. Es una polémica casi diabólica. Por una parte es evidente que el PSA ha permitido el diagnóstico precoz de incontables personas y que la era PSA se caracteriza por una gran disminución de la mortalidad por cáncer de próstata. Pero, ¿a costa de que? Del diagnóstico y tratamiento de muchísimos casos en los que el screening detectó cánceres que no eran significativos para el pronóstico del paciente. Cánceres que no causaban síntomas y que no hubieran alterado la supervivencia del paciente. Cánceres con bajo Gleason, mínimos en extensión y que no producían síntomas. Pero los partidarios del screening aducen que la detección precoz es clave para encontrar tumores dentro de la próstata, sin extensión ni riesgo de metástasis y, por tanto, con reducción de la mortalidad.
¿Y que opinan las asociaciones y entidades? ¿Hay acuerdo entre ellas?
Pues no. Mientras la American Society, la American Urological Association y el National Comprehensive Cancer Network coinciden en señalar el valor del screening del cáncer de próstata en grupos seleccionados, formados por pacientes que estén de acuerdo en ser sujetos del screening, tras una información profunda sobre sus riesgos y beneficios, la U.S. Preventive Task Force recomienda contra el screening y la European Society for Medical Oncology se posiciona contra el screening poblacional basado en el PSA.
¿Que opina FEFOC?
El problema de las campañas de screening es que están dirigidas a personas sanas, por tanto sin síntomas de enfermedad. Son campañas muy costosas económica y personalmente. Económicamente porque significa utilizar muchos recursos sanitarios más bien escasos , por lo que debemos asegurarnos de que el costo/beneficio será positivo. Ante todo precisamos de un recurso tecnológico que sea indiscutible y el PSA, para el screening, no lo es. Recordemos lo que dijo el doctor Albin: «Si llego a saber el uso que se iba a hacer con el PSA no lo descubro».
¿Entonces…?
El PSA tiene un lugar muy claro en el seguimiento de los pacientes tratados por cáncer de próstata. Además hay grupos especiales que deben controlarse aparte. a) Hombres con síntomas urinarios persistentes; b) personas con historia familiar de cáncer de próstata y c) personas de origen étnico africano. Aparte de estos tres grupos, mejor abstenerse del PSA por sistema. Hablemos con nuestro médico y que nos ayude a decidir a cada uno de nosotros, los que no formamos parte de alguno de los tres grupos mencionados. Se tratará de una decisión personal una vez bien informados de los posibles riesgos y beneficios del PSA. Pero sí que estamos contra el screening poblacional.